Todo lo que debes saber del VPH en la mujer: Síntomas, diagnóstico y tratamiento.
El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes entre las mujeres. Puede causar una amplia gama de síntomas, de leves a graves, e incluso provocar problemas de salud en etapas posteriores de la vida si no se trata. Aunque el VPH es muy común, también es altamente prevenible con vacunas que ahora están disponibles tanto para mujeres como para hombres y protegen contra los tipos de VPH mas frecuentes.
En esta entrada del blog examinaremos algunos de los síntomas más comunes del VPH en las mujeres para que pueda estar mejor informada, también hablaremos factores de riesgo y cómo protegerse de la infección. Finalmente comentaremos los tratamientos disponibles para quienes ya tienen el virus.
El virus del papiloma humano
El virus del papiloma humano (VPH) es un virus que puede propagarse a través del contacto sexual, incluido el sexo vaginal, anal y oral, entre otros. El VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente en todo el mundo, habiéndose identificado más de cien tipos diferentes del virus.
Los síntomas de una infección por VPH pueden incluir verrugas genitales, cambios en las células del cuello del útero (displasia cervical, si quiere leer mas sobre el tema puede hacerlo en nuestro blog aquí) y otros cánceres como el de vulva, vagina, y ano. El VPH también está relacionado con algunos cánceres de cabeza y cuello.
La infección por determinados tipos de VPH puede causar cambios anormales en las células del cuello uterino que, si no se tratan, pueden aumentar el riesgo de que una mujer desarrolle cáncer de cuello del útero. La mayoría de estos cambios en las células cervicales causados por el VPH se resuelven por sí solos sin ninguna intervención o tratamiento. Sin embargo, aproximadamente el 10-20% de las mujeres infectadas por el VPH desarrollarán lesiones precancerosas en el cuello uterino que requerirán tratamiento médico adicional para evitar que se desarrolle un cáncer de cuello uterino más adelante.
Papanicolaou o citologías cervicales
Las pruebas de cribado del cáncer de cuello de útero, como la citología vaginal o papanicolaou, son muy importantes para la detección precoz de las lesiones precancerosas y del cáncer de cuello de útero, ya que se ha demostrado que reducen el riesgo de que una mujer desarrolle la enfermedad hasta en un 80%. Las mujeres de entre 21 y 65 años deben someterse a citologías periódicas cada tres años, según las recomendaciones de la US Preventive Services Task Force (USPSTF).
Afortunadamente, en la actualidad existen vacunas que protegen frente a determinados tipos de VPH asociados a un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. La vacuna contra el VPH más utilizada se llama Gardasil 4; esta protege contra diferentes cepas de VPH que son responsables de la mayoría de los casos de verrugas genitales, cambios celulares anormales en el cuello uterino y algunas formas de cáncer tanto en hombres como en mujeres. Se ha demostrado que este tipo de vacunas reducen en más de un 90% el riesgo de contraer ciertos tipos de infecciones por VPH, si quiere saber más sobre la vacuna contra el VPH puede leer sobre el tema en nuestro blog.
Además, la práctica de hábitos sexuales seguros, como el uso de preservativos durante las relaciones íntimas, puede ayudar a reducir el riesgo de contraer cualquier tipo de infección de transmisión sexual, incluido el VPH.
En general, es importante recordar que, aunque muchas personas que contraen una infección por VPH nunca experimentan ningún síntoma o problema de salud relacionado con ella, un diagnóstico, tratamiento y prevención rápidos son esenciales para ayudar a las personas a evitar las complicaciones de salud a largo plazo que pueden derivarse de un caso de VPH no diagnosticado o no tratado.
Síntomas comunes del VPH en las mujeres
Los síntomas comunes del VPH en las mujeres pueden variar de una persona a otra, o pueden no estar presentes en absoluto. Sin embargo, algunos síntomas comunes asociados con el VPH en las mujeres incluyen verrugas genitales, cambios anormales en las células del cuello del útero (displasia cervical) y ciertas formas de cáncer como el cáncer vulvar, vaginal, anal y de pene.
Verrugas genitales
Las verrugas genitales son uno de los síntomas más notables de la infección por VPH en las mujeres. Aparecen como pequeñas protuberancias que pueden tener un aspecto elevado o plano y pueden encontrarse en la vulva, en el interior de la vagina o alrededor del ano. También pueden aparecer en el cuello uterino si existe una infección. Las verrugas genitales son muy contagiosas y pueden propagarse por contacto de piel a piel durante las relaciones sexuales.
Cambios en el cuello del útero o displasia cervical
Los cambios anormales en las células del cuello del útero (displasia cervical) es otra afección que puede producirse debido a la infección por VPH en las mujeres. Se produce cuando crecen células anormales en la superficie del cuello del útero causado por algunos tipos de VPH de alto riesgo están asociados a esta enfermedad. Por lo general, no provoca ningún síntoma perceptible, pero puede aumentar el riesgo de que una mujer desarrolle cáncer de cuello uterino si no se trata. Por eso es importante que todas las mujeres de entre 21 y 65 años se sometan a citologías periódicas cada tres años, tal como recomienda la USPSTF: estas pruebas pueden detectar los primeros signos de cáncer de cuello uterino antes de que se agrave y pueda poner en peligro la vida.
Cáncer, la consecuencia más importante de la infección
Los cánceres de vulva, vagina y ano también pueden producirse debido a infecciones por VPH en mujeres; estos cánceres están causados por cepas de alto riesgo del virus que tienden a progresar más rápidamente que otros tipos. Entre los posibles síntomas de estos cánceres se incluyen dolor o molestias persistentes en la zona afectada, secreción vaginal o rectal con olor desagradable, sangrado entre periodos menstruales o después de mantener relaciones sexuales e hinchazón o protuberancias alrededor de los genitales o el ano.
Es importante que todas las personas sexualmente activas conozcan los riesgos asociados a la infección por VPH para tomar medidas preventivas y reducir las posibilidades de desarrollar complicaciones de salud. La vacuna contra el VPH Gardasil 4 puede proteger frente a cepas de VPH relacionadas con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer; la práctica de sexo seguro, como el uso de preservativos durante las relaciones sexuales, también reduce significativamente el riesgo de contraer cualquier tipo de enfermedad de transmisión sexual, incluidas las infecciones por VPH. Si se conocen los posibles síntomas asociados a las infecciones por VPH, es posible garantizar un diagnóstico oportuno en caso necesario, de modo que pueda iniciarse de inmediato un tratamiento eficaz, lo que podría salvar vidas
Factores de riesgo para contraer el VPH
Los factores de riesgo asociados a la infección por VPH en las mujeres varían y pueden incluir tener relaciones sexuales sin protección, múltiples parejas sexuales, un sistema inmunitario débil, una nutrición deficiente, el tabaquismo y el uso prolongado de anticonceptivos orales. En general, cuantas más parejas sexuales haya tenido una persona a lo largo de su vida, mayor será su riesgo de contraer una infección por VPH y la mayoría de las infecciones de transmisión sexual. El contacto sexual con alguien que ya tiene una infección activa por VPH aumenta significativamente la posibilidad de transmitirla a otra persona.
Los pacientes con un sistema inmunitario debilitado debido a enfermedades como el VIH/SIDA o a tratamientos contra el cáncer corren un mayor riesgo de contraer una infección por VPH, ya que las defensas naturales de su organismo no son capaces de combatir el virus con la misma eficacia que las personas con un sistema inmunitario fuerte. Una nutrición deficiente también contribuye a aumentar el riesgo de contraer el VPH, ya que la desnutrición debilita la capacidad del organismo para protegerse de las infecciones. El uso prolongado de anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) puede aumentar el riesgo de que una mujer desarrolle cepas de alto riesgo del VPH, ya que suprimen la inmunidad natural del organismo.
También se sabe que fumar aumenta la susceptibilidad a las infecciones por VPH, ya que suprime el sistema inmunitario y dificulta la lucha contra las infecciones. Además, las personas que han tenido varios embarazos previos corren un mayor riesgo de sufrir displasia cervical debido a la infección por VPH; esto se debe a que las células cervicales se vuelven más propensas a sufrir cambios durante el embarazo debido a las fluctuaciones hormonales que se producen durante este periodo. Las mujeres mayores de 35 años también parecen más susceptibles a ciertos tipos de VPH de alto riesgo en comparación con las mujeres más jóvenes, ya que sus organismos pueden no ser capaces de combatir estos virus con la misma eficacia que en etapas anteriores de la vida.
Es importante que todas las personas sexualmente activas practiquen sexo seguro y se sometan a revisiones médicas periódicas para poder detectar precozmente cualquier signo o síntoma asociado a una infección por VPH y tratarlo adecuadamente antes de que surjan complicaciones también ayudara a prevenir la mayoría de las infecciones de transmisión sexual La vacuna contra el VPH protege contra las cepas asociadas a un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer; por lo tanto, es aconsejable que todas las personas sexualmente activas (especialmente los adultos jóvenes) que reúnan los requisitos para recibir estas vacunas se las administren a fin de disminuir sus probabilidades de desarrollar complicaciones de salud más adelante debido a la infección por el VPH.
Diagnóstico y tratamiento del VPH en mujeres
Papanicolaou, colposcopía y PCR
El diagnóstico y tratamiento del VPH es un proceso complejo que implica múltiples pasos para identificar con precisión el virus y garantizar un tratamiento eficaz. El método más utilizado para identificar la infección por VPH es la prueba de Papanicolaou o cribado cervical, que consiste en recoger células del cuello uterino y examinarlas al microscopio para detectar cualquier cambio anormal. Si se detectan anomalías durante esta prueba, es probable que se remita a la paciente a otras pruebas como la colposcopia y la biopsia, que consisten en extraer una muestra de tejido del cuello uterino y examinarla al microscopio para un análisis más detallado. En algunos casos, también pueden realizarse pruebas adicionales como la prueba de ADN del VPH para ayudar a determinar si la infección está causada por una cepa de alto riesgo del VPH que se asocia a un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino.
¿Qué sigue cuando se confirma la infección?
Si se confirma la infección por VPH mediante una o varias de estas pruebas, las opciones de tratamiento dependen de varios factores, como la edad, el estado de salud y la gravedad de la afección. En la mayoría de los casos, no es necesario ningún tratamiento específico, ya que las defensas naturales del organismo suelen combatir el virus en un plazo de dos años sin ninguna intervención médica. Sin embargo, si un resultado anormal de la prueba de Papanicolaou indica la presencia de células precancerosas en el cuello uterino, el médico puede sugerir otras medidas, como la crioterapia (congelación) para destruir el tejido anormal o la extirpación quirúrgica del tejido anormal mediante biopsia en cono o procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP).
El método IMVPH para el tratamiento del virus del papiloma humano
En IMVPH desarrollamos el método IMVPH, disponible en nuestros centros para el control de esta enfermedad, a continuación un esquema donde resumimos los pasos del método
En IMVPH te ofrecemos todos los servicios necesarios para ayudarte a combatir esta enfermedad, contamos con clínica de colposcopía y papanicolau, tratamiento para eliminación de verrugas y lesiones por VPH y contamos con la vacuna Gardasil tetravalente siempre a tu disposición.
¿Y la vacuna?
Se recomienda encarecidamente que todas las personas sexualmente activas que reúnan los requisitos para recibir estas vacunas las reciban a fin de reducir las probabilidades de desarrollar complicaciones de salud derivadas de la infección por VPH en etapas posteriores de la vida. Otras medidas preventivas son practicar sexo seguro y someterse a revisiones médicas periódicas para poder detectar precozmente cualquier signo o síntoma asociado a la infección por VPH y tratarlo adecuadamente antes de que surjan complicaciones. Además, el seguimiento periódico mediante pruebas de Papanicolaou u otros métodos también puede ayudar a detectar cualquier recidiva tras el tratamiento inicial, de modo que puedan abordarse rápidamente antes de que se conviertan en problemas más graves, estas pruebas están disponibles en centros para el control de esta enfermedad, como lo es el IMVPH.
¿Cómo reducir el riesgo de infección en mujeres?
La prevención de la infección por VPH es la mejor manera de reducir el riesgo de desarrollar complicaciones de salud y cáncer de cuello de útero en etapas posteriores de la vida.
Vacunación, vacunación, ¡Vacunación!
Una de las estrategias más eficaces para prevenir la infección por VPH es recibir el esquema de vacunación completo con Gardasil 4 que protege contra nueve cepas comunes del VPH asociadas a un mayor riesgo de padecer determinados cánceres y son muy eficaces para reducir el riesgo de desarrollar complicaciones de salud derivadas de estos virus.
Uso de preservativo y prácticas seguras.
Además, practicar sexo seguro utilizando siempre preservativos al mantener relaciones sexuales puede ayudar a reducir el riesgo de contraer el VPH de una pareja infectada. Los preservativos pueden actuar como barrera física entre los miembros de la pareja para evitar el contacto directo con fluidos corporales que podrían contener partículas del VPH, reduciendo así la transmisión del virus durante las relaciones sexuales. También es importante ser consciente de que la infección por VPH puede producirse incluso cuando no se presentan signos o síntomas visibles, por lo que es importante utilizar protección a pesar de todo.
Revisiones periódicas
Otra estrategia importante para reducir la transmisión del VPH son las pruebas de cribado periódicas, como la citología vaginal u otros métodos diseñados para detectar anomalías en las células del cuello uterino o de su entorno que puedan indicar una infección. Las pruebas periódicas ayudan a identificar posibles infecciones en una fase temprana, antes de que se conviertan en problemas más graves, y permiten a los médicos recomendar el tratamiento adecuado en caso necesario. Además, las visitas rutinarias de seguimiento tras el tratamiento inicial pueden ayudar a detectar cualquier recidiva, de modo que puedan tratarse rápidamente antes de que se conviertan en problemas más graves.
Cambios en el estilo de vida, uso de suplementos y educación
Limitar el consumo de alcohol y mantener un estilo de vida saludable con una buena alimentación y un descanso adecuado. También es importante que las personas sexualmente activas estén atentas a cualquier signo o síntoma relacionado con la infección por VPH, para que puedan buscar atención médica si es necesario. Por último, educarse sobre el VPH y sus riesgos asociados a una edad temprana ayudará a tomar decisiones informadas sobre la seguridad personal y las estrategias de prevención a lo largo de la edad adulta. Hera, el suplemento del IMVPH contiene todo lo que necesitas para mejorar tu función inmune en la lucha contra el VPH.
Es beneficioso que las mujeres comprendan cómo los factores relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo o la obesidad, pueden aumentar el riesgo de contraer el VPH y cómo abstenerse por completo de mantener relaciones sexuales o limitar el número de parejas puede ayudar a reducir este riesgo. Además, informarse sobre el VPH a una edad temprana ayudará a tomar decisiones sobre seguridad personal y estrategias de prevención en la edad adulta.
Conclusión
Los síntomas comunes del VPH en las mujeres pueden variar mucho, pero es importante que todas las personas sexualmente activas sean conscientes de los riesgos asociados a contraer el virus. Entre los factores de riesgo se incluyen mantener relaciones sexuales sin protección y tener múltiples parejas, así como fumar o la obesidad. Afortunadamente, hay una serie de medidas preventivas que pueden reducir el riesgo de infección, como recibir las vacunas recomendadas y practicar sexo seguro. Además, también deben realizarse revisiones periódicas para detectar cualquier anomalía en una fase temprana.
Por último, informarse sobre el VPH a una edad temprana ayudará a tomar decisiones sobre la seguridad personal y las estrategias de prevención durante la edad adulta. Conociendo estos síntomas comunes y tomando las precauciones necesarias, podemos garantizar que nuestra salud se mantenga protegida frente a la infección por VPH ahora y en el futuro.
Dejar un comentario